lunes, 22 de junio de 2015

"Título seriófilamente reseñable"

He aquí uno de mis pasatiempos favoritos. Las series de televisión.
Es una afición que ocupa gran parte de mi tiempo libre. Puesto que mi tiempo libre es la mayor parte de mi tiempo... Sí, me paso gran parte de mi tiempo "no durmiente" viendo televisión.
Bueno, televisión precisamente no es. Como mucha gente veo las series en streaming. Pero siguen llamándolo 'series de televisión'.
Ñeh! En cualquier caso, estoy emocionada. He descubierto una serie guay y aquí está:


Los eruditos en el tema* la ponen como drama y ciencia ficción y le dan un notable. ¡Y HELL YEAH si se merece la nota! Es original, rápida y tiene personajes, tanto principales como secundarios, más que interesantes.
"Mmm... ¿Pero de qué coño va?"
Que sí, que sí, ya voy.
La serie presenta aún grupo ocho personas que están mental y emocionalmente conectadas entre sí. El meollo del asunto está en que estas personas no se conocen y están cada uno en una punta del mundo.

*nota bibliográfica: mi idea de erudición es IMDb y FilmAffinity

En fin, es mi amor de este mes. Me la he merendado en 4 días, y ahora mismo voy a poner velitas en el primer templo que pille para que renueven por una 2ª temporada.

¡Hala!


domingo, 21 de junio de 2015

"Qué mentirosillo es este título"

Hoy va de mentiras. ¿Por qué? Porque me sale de los hue... cos de la nariz.
Y eso es....
...¡MENTIRA! (Nota para torpes: En realidad no, sólo es una expresión).

Mentiras piadosas, mentiras a medias, mentiras por omisión... Hay la tira de tipos de embustes. Muchos no tienen consecuencias por el contexto en que se sueltan. La mayoría son completamente egoístas. Muchos meten al personal en jaleos. Vamos que el tema es más complicado que conversar con una almeja.

Siempre que le doy vueltas al tarro con este tema se me viene a la cabeza la imagen de cierta monja de mi primera escuela... No era una de esas monjas gruñonas que se venden por ahí, de esas de regla y puños. ¡Nah! Era simplemente la pobre mujer a la que le tocaba aguantarnos en clase de religión. Bueno, y de lengua, y de mates... Madre mía pobre mujer.
En fin, el caso es que la mujer nos contaba lo malo que eran mentiras, que eran un pecado, que hacían daño a los demás... PERO que existían las mentiras piadosas. "Las mentirijillas".
¡Aaaah! Esas fantásticas y bondadosas mentiras que nos ayudan a creer que nuestro erizo de plastilina es el más guay de toda la clase. Todavía me lo creo, y eso que el bicho tenía un ojo tuerto... Pero espera, espera, espera. ¿Era mi erizo el mejor? El recuerdo de mi compañero de pupitre dice que sí, mi confianza infantil en mi talento para modelar dice que sí, mi nota dice que sí. Sin embargo el capullo de la clase dijo que no, mi incredulidad de adulta dice que no, ¡el ojo tuerto dice que no! ¿Qué creer entonces? ¿Es importante que sepa la verdad? ¿Puedo vivir creyendo una mentira?
A esto ultimo mi respuesta es SÍ. Ni de coña voy a creer lo contrario, porque mi erizo era el FUCKING KING de los erizos de plastilina.

Estoy segura que muchos dirían, que de ser mentira esta sería, sin duda, una mentira piadosa. Puede que incluso dijeran que ha prescrito. Aún así puedo anunciar sin sonrojarme que vivo con mentiras a diario, y no todas son piadosas.
No será este hobbit quien se justifique de sus comportamientos mezquinos, aunque voy a decir algo en lo que, mentira o no, creo firmemente: Las mentiras, ya sean buenas o malas, piadosas como mi profe-monja o abominables como el hombrecillo peludo del Himalaya, son inevitables. Existen y hay que lidiar con ellas.

¡Hala, que gusto me he quedado!


miércoles, 3 de junio de 2015

"Título tutorialoso"

Cómo tener un día hipster


1. Levántate a la hora que te dé la gana. ¿Tu despertador ha sonado antes de lo que te apetecía? Apágalo y sigue durmiendo. Especialmente si es un despertador analógico.

2. Haz cosas útiles para el mundo. Como cortar lechuga, lavar tomates o sacar cuajadas de la nevera.

3. Recibe cosas compradas por Internet. Mi recomendación es que sean cosas guais, como mandos de Xbox o patitos de goma.

4. Come mientras ves programas chorras en la tele. Ejemplos: la ruleta de la suerte, debates de política española.

5. Proponte cosas útiles que hacer por la tarde mientras ves un buen documental sobre gente centenaria. Los reportajes de dietas vegetarianas también sirven, si no tienes un documental de gente milagrosamente mayor a mano.

6. ¡Ve a la calle! Disfruta del tiempo que haga. Puedes aprovechar para hacer tareas pendientes como actualizar libretas del banco o comprar detergente.

     6.1. Si quieres tener un buen día hipster, es indispensable que te distraigas en el camino del banco al súper. Puedes comprar café para llevar (te ayudará con el postureo) y una cajetilla de tabaco para tirar por la borda el tiempo que llevas sin fumar.
    6.1.2. ¡Siéntate en un banco en el parque más cercano y disfruta de ello! Para continuar con el postureo esta bien sacar una libreta y ponerte a hacer garabatos absurdos, como tortugas y viñetas de ancianos.

7. Una vez hayas terminado con tu viaje por el mundo exterior, puedes quedarte un ratito desesperándote porque tus vecinos se carguen el portal. A mí, por ejemplo, me encanta quedarme fuera esperando a que me habrán desde dentro cuando mi llave magnética no funciona.

8. Una vez en casa, relájate. Haz cosas productivas como buscar en la RAE la palabra "tutorial".  Puedes sorprenderte con el resultado en tu Twitter. He aquí un ejemplo:


9. Para terminar el día, haz una entrada en un blog. Mi recomendación personal es que sea un tutorial, ¿que no sabes de qué? Hazlo de la cosa más interesante que hayas hecho en el día, como cortar lechuga, lavar tomates o hacer postureo con un café para llevar.

¡Hala, ahí queda! Yo no sé hacer más cosas de hipsters, así que el resto del día voy a hacer mis cosas "mainstreams" habituales.


lunes, 1 de junio de 2015

"Erase una vez un título de 1º de parvulitos"

Una vez estaba yo pintando en una mesa hexagonal. Pintaba una casa, una casa muy, muy chula. Con chimenea, ventanas y una puerta. La puerta también tenía ventana. Que sí, como he dicho, era muuy, muy chula.
Había dos niños más en esa mesa, cada uno ocupábamos un lado de los seis. También dibujaban pero, cosas no tan guais. Les tenía dicho que dibujaran mejor, pero ni caso.
Bueno, el caso es que se acercaron dos profes a mi mesa hablando.
-¿Y esta? Mira el dibujo.
-Sí, dibuja bien. Aunque no consigo que escriba de izquierda a derecha.
-Igual tienes a una futura artista.
Dicho esto se sentó en la silla vacía que había al lado y me preguntó.
-Hola, ¿cómo te llamas?
Creo que la pregunta era absurda, llevando como llevaba un babi con mi nombre bordado por mi habilidosa madre. Y eso debí pensar en ese momento porque señalé el bordado y seguí a lo mío.
Ella atacó de nuevo con otra original pregunta:
-GrumpyHobbit, hum... ¿Y qué quieres ser de mayor?
Ya me estaba tocando los claveles. ¡Yo quería seguir pintando! Así que dulzura natural salió a relucir. Fruncí el ceño y contesté:
-Pintora
"OBVIAMENTE" Debió decir mi tono de voz, porque la mujer puso cara de pocos amigos, se levantó y siguió hablando con su compañera.


Este recuerdo tiene 18 años. Es importante por dos cosas. Porque es uno de mis recuerdos más antiguos, y porque "pintora" fue a partir de entonces la respuesta que más utilice cuando me hacían esa pregunta.
¡Hala, a pintar casitas!